Monday, May 15, 2006
Durante las últimas guerras civiles de Segorbe, La fuente Larga ha estado ubicada por doña Noelia Blasco en la contraportada o popa del Escavia, que también el periódico tiene nombre de barco, si usan ustedes la imaginación, se darán cuenta… La fuente Larga, en realidad, no es más que eso: una vía peligrosa de agua dulce en la contracorriente del tráfico marítimo. Toda contraportada es contracorriente de lo publicado, un adiós, amor de olvido, rubia cerveza y tatuaje, porque, como muy bien saben: “él vino en un barco de nombre extranjero y lo encontré en el puerto un atardecer”… ¡Qué belleza!...
Pero centrándonos un poco más, y como ejemplo, digamos que a Paco Umbral lo tiraron de El País porque, justo cuando el periódico editorializaba contra la circulación de rumores por la vida política de España, el autor de Mortal y rosa escribía una columna en pro del valor literario del rumor. Al final, convencido de que, en realidad, el escritor no es otra cosa que un chismoso que maneja el idioma a su capricho, fue a parar al exilio honorífico de la contraportada de El Mundo, que tampoco está mal…, porque la contraportada del mundo quizá sea la justicia. En el Escavia y sus aledaños se celebró con algazara el día en que vine a decir en un artículo que Rafael Calvo era Calvo Bifronte, creyendo que la concatenación de la bifacialifad del dios Jano era degenerativa por naturaleza, pero nada tenía que ver con la, todavía misteriosa, contraportada existencial del señor alcalde.
De momento, donde otros se amedrentaron (mesa redonda sobre José Antonio en el contexto de la II República Española) él logró un casino a rebosar y que un madrileño, un barcelonés y un riojano se desplazaran hasta Segorbe admirados, más que por las sangres del pasado, por la grandiosidad testicularia de sí mismo, en tanto en cuanto primer edil. Porque en este país, también llamado España, estas cosas del escroto se miran mucho, qué quieren que les diga… Es la pura verdad. Pero que nadie se escandalice, al fin y al cabo la técnica narrativa de la La fuente Larga (incluso en los aciagos, y casi “aciegos”, días en que le tenía que dictar, con un ojo clínicamente parcheado, el artículo a mi hijo, como Max Estrella a su mujer) ha sido casi siempre la del contrapunto, porque nada es algo sin muchos algos unidos en la nada. Esto lo descubrieron Huxley, Joyce, Dos Pasos y Cela, pero hay quien se duele en banderillas si se le recuerda que una columna puede ser literatura más o menos encriptada, y no perdona... Antes me preocupaban estas gentes, pero, visto lo visto, ya me da igual: que les den por la contraportada…En ocasiones las cosas éstas de la página de cierre son, como pretendían Hegel y el lobito bueno de Goytisolo: el mundo a revés, algo difícil de entender. Yo heredé de mí padre una carabina Browning que se cargaba (y se carga) por la culata. Mi padre fue falangista (RIP), un falangista proletario con una reciente mesa redonda que le guardó un respeto, como al padre del ex ministro Bono, que puede ser que ese parentesco le costara el ministerio. Mi padre, tal vez no fue la mejor, pero estaba entre las personas más buenas de este mundo, y creo que lo seguirá estando en el otro. Con mi padre, una tarde, disparando con la carabina a una lata de sardinas engarzada en los pedruscos de un ribazo, a pesar que de sabíamos que con ese chisme era imposible que el tiro saliera por la culata, resultó que una bala, una "bala loca", parecida a la que mató a Kennedy, rebotó y paso ululando entre nuestras cabezas, como avisando de que las culatas tienen sus tiros reservados a pesar de las garantías aparentes. Yo creo que con las contraportadas pasa lo mismo…Tal vez por eso, los emperifollados del periodismo suelen utilizar la tercera página, pero, he aquí la desgracia: no todas las “terceras” son la del ABC, ni tan siquiera, como se lamenta Jiménez Losantos, el ABC es lo que era. A mí me lo trae ahora todos los días mi hijo Arturo. Se lo dan en el Colegio de Arquitectos Técnicos y me parece que ya no huele a batín de andar por casa de don Torcuato Luca de Tena. Como opinaba Heráclito: todo muta, todo cambia, todo fluye…Así se llegó a Internet, por los flujos variados de los seres. Sin embargo, yo no circulo correctamente por la Red… Me “enredo”. Avanzo desconcertado y errabundo y no sé si en el invento existe portada y contraportada, como debe ser; o si la pantalla no es otra cosa que un espejismo, trasunto de los espejismos del callejón del Gato, por donde siguen paseando los héroes clásicos, disfrazados ahora de ceros y unos, en un esperpento digital que nos acerca al Apocalipsis...
Ahora la contraportada del Escavia la ha ocupado (veremos por cuánto tiempo, para saber la verdad de toda esta mentira) el ladrillo inmobiliario (el Escavia es un barco a la deriva cargado de pisos hipotecarios), un ladrillo inmobiliario de dimensiones castellanas, esteparias, quijotescas: una llanura con pretensión de belleza vertical, como Juanita la Larga y… La fuente Larga: “Por la manchega llanura/ se vuelve a ver la figura/ de don Quijote pasar”…, dijo el poeta. Y sólo doña Noelia sabe asumir el papel (el papel “prensa”) de una Dulcinea desencantada y también huida de El Toboso.
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